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Marzo 16, 2023
Escrito por
Rodrigo Castillo
Diario Financiero | Columna de Rodrigo Castillo: “Generación eléctrica, un modelo en crisis”
En los últimos días, hemos sido testigos de una disputa entre las empresas de energías renovables y las empresas de generación convencional. Esta disputa surge el pasado 3 de febrero, cuando 9 empresas de generación renovable, las que en conjunto suman unos 3.200 MW de potencia instalada, enviaron al Ministerio de Energía una carta con una propuesta de modificación reglamentaría al mercado de generación eléctrico. En dicha comunicación, las mencionadas empresas manifestaron su preocupación por la situación actual, debido a la gran cantidad de horas en las que la energía renovable se valoriza a un precio igual a cero, mientras que a la misma hora y lugar, a la generación de energía con combustibles fósiles, se les remuneró la totalidad de sus costos variables de operación a través de pagos laterales, lo que evidentemente es una distorsión de mercado inexplicable en un sistema eléctrico que pretende descarbonizarse y darle impulso al hidrógeno “verde”.
Por su parte, el pasado 6 de marzo, según informó este mismo medio, la asociación gremial que agrupa a las principales generadoras convencionales, enviaron una carta al Ministro de Energía indicando que la propuesta presentada por las empresas de energías renovables adolecería de graves deficiencias, al atacar los fundamentos de diseño de mercado contenidos en nuestra regulación vigente.
En este escenario, y desde el punto de vista de la teoría regulatoria, el planteamiento de los generadores convencionales es de difícil lógica, toda vez que los fundamentos de diseño del mercado marginalista actual se definieron hace más de 40 años, para una matriz de generación basada en centrales térmicas e hidráulicas y no contemplaba la alta penetración de renovables que hoy se observa en el sistema eléctrico chileno. Actualmente, el 35% de la energía eléctrica producida en Chile proviene de fuentes renovables no convencionales, mientras que el año 2022 durante más del 22% del tiempo, la energía renovable fue valorizada a un precio igual a cero. Igualmente, sólo en lo que va del 2023, más del 35% de la energía renovable se ha valorizado a un precio cero. Estos antecedentes muestran inequívocamente (como da cuenta hace años la literatura y experiencia internacional) que el actual modelo de tarificación de la generación eléctrica está en una profunda crisis, y que no es apto para incentivar la mayor penetración renovable. Esto obliga, urgentemente, a adoptar medidas de rápida implementación que permitan mantener la competencia y evitar la insolvencia de las compañías renovables que apostaron por Chile. Asimismo, como sociedad, estamos obligados a rediseñar el sistema de tarificación del segmento de generación, de manera tal que éste permita incentivar y concretar la anhelada transición hacia una matriz eléctrica basadas en energías limpias. Así, lógicamente, toda solución que tenga por objetivo corregir los problemas de un modelo regulatorio en crisis, tendrá por efecto modificarlo. No mantenerlo.
Finalmente, no hay que perder de vista que tanto las regulaciones como los modelos de tarificación, no son inmutables ni pueden estar al servicio de los incumbentes, sino que, por el contrario, las regulaciones deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a tiempo a los cambios tecnológicos y de objetivos de política pública (como el cumplimiento de compromisos medioambientales).
Así, jamás debemos perder de vista que las regulaciones son herramientas dinámicas, destinadas a corregir distorsiones y fallas en los mercados y que su objetivo final es la maximización del bienestar social y no su propia preservación, o la protección de los intereses de los regulados que se puedan haber visto beneficiados por ellas en el pasado.